Al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.
~Abraham Lincoln~
El lunes 03 de diciembre se llevó a cabo la charla prevista sobre Cuidados Paliativos: Acompañamiento al final de la vida, tal como estaba prevista, en la Sala de Conferencias del Centro Cultural Federico García Lorca, en el municipio de Ingenio.
Enmarcada dentro de las actividades del proyecto SADE, fue impartida por las compañeras de la Unidad de Atención Psicosocial a enfermos de cáncer y sus familiares.
La trabajadora social, Dña. Mª Alejandra Rubio Rodríguez, dedicó su ponencia al aspecto más social de la realidad durante los cuidados paliativos.
Comentó las repercusiones que aparecen tras una situación de crisis, donde se comunica a la persona su situación y cómo esta supone un cambio en la estructura y organización familiar, laboral, económico y social.
Señalando la atención integral en el proceso de cuidados paliativos, trabajando no sólo con el paciente, sino también con la familia del mismo, vistos como una unidad, considerándose, a esta última, como el principal recurso ante la situación que se está viviendo por procurar las condiciones más favorables en la atención y cuidados al asumirse, desde esta, un amplio número de funciones, suponiendo, además, una gran calidad en la atención prestada y evitando el gasto público que pudiera generarse.
La importancia de la figura del cuidador principal y de la implicación de la totalidad de la familia del enfermo.
También, puso de relevancia las distintas situaciones familiares que pueden generarse, como puede ser la llamada "Conspiración del Silencio", que refiere al hecho de que la familia decide no contar nada al enfermo sobre lo que está ocurriendo o a otras familias, la "Claudicación familiar", que sería la imposibilidad de los miembros de la familia para ofrecer una respuesta a las demandas y necesidades del paciente, y, por último, el "Síndrome del Hijo de Bilbao".
Sin olvidarse, en su exposición, de aclarar dudas sobre los derechos sociolaborales a los que tienen acceso tanto el paciente como su familia.
Por su parte, la compañera y psicóloga, Dña. Zeltia Rodríguez Losada, destinó su ponencia a la intervención psicológica durante el acompañamiento al final de la vida, donde dejó de manifiesto que "No hay manera de enfrentarse a las cosas si no hablamos claramente de ellas", dejando a un lado todos aquellos prejuicios adquiridos.
Explicó el concepto de Cuidados paliativos y sus consecuencias psicológicas en los pacientes, la aceptación de que es una enfermedad avanzada, la falta de posibilidades de tratamiento, los numerosos problemas a los que se debe hacer frente, el reconocer el pronóstico de vida limitado, así como hacer frente al gran impacto emocional.
Nos presentó el modelo Kübler-Ross (pionera en el campo de investigación de las experiencias cercanas al fallecimiento), sobre la adaptación a la muerte y sus conocidas fases:
Las cinco etapas del duelo
Negación: "Me siento bien", "esto no puede estar pasándome a mí"...
Ira: "¿Por qué a mí? ¡No es justo!"
Negociación: "Dios, déjame vivir al menos hasta ver a mis nietos mayores"
Depresión: "¿De qué me serviría hacer algo?", "¿Qué sentido tiene?"
Aceptación: "Esto tiene que pasar", "Debería prepararme para esto".
La sexta etapa:
*Depresión Preparatoria o Decatexis: El paciente todavía está vivo, mantiene sus constantes vitales, pero parece invadido por una percepción de la realidad diferente, acentuados todos sus sentidos y percibiendo sensaciones que los que están a su alrededor no pueden percibir. Según E. Kübler-Ross en este momento de la vida del enfermo los dolores cesan, zozobra en un estado de conciencia lejana, ya casi no come y todo lo que le rodea se vuelve vago. La mejor ayuda es el acompañamiento, el tacto, las caricias, sentarse al borde de la cama, los susurros al oído...
Compartió con los asistentes los posibles sentimientos inesperados que le surgen al paciente ante estas situaciones, como pueden ser: bloqueo emocional, tristeza, ira. También, las actitudes terapeúticas, los miedos de las familias, así como el Síndrome de la Botella de Champagne.
Presentó la idea del psicólogo Richard Kalish destacando el papel de la muerte como organizador del tiempo. La muerte no solamente es el punto final de la vida, sino que el concepto de "tiempo hasta la muerte" que nos hace vivir, puede resultar importante para los intentos de cada uno de organizar nuestra propia vida.
Y como cierre final, nos invita a considerar como nuestro ser querido abandona la vida en el momento preciso que él o ella ha elegido y no podemos desear que hubiera sido otro momento.
Sólo nos queda, tras esta grata charla, agradecer la profesionalidad de nuestras compañeras, Alejandra Rubio y Zeltia Rodríguez, y por mostrarnos como el final de nuestro camino puede ser hermoso.
Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño,
así una vida bien usada causa una dulce muerte.
~ Leonardo Da Vinci ~
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